En la práctica profesional observamos el tratamiento de diferentes afecciones o patologías bucodentales que regularmente exigen al odontólogo llevar a cabo terapias de menor o mayor complejidad. En este último caso puede incluso implicar la perdida de órganos dentarios y tejido de soporte óseo. Como resultado directo de dichas pérdidas existe una reabsorción progresiva del reborde alveolar que se traduce en una significativa pérdida del mismo tanto horizontal como vertical, incrementándose las complicaciones para la aplicación de terapéuticas o el tratamiento tanto con implantes osteointegrados así como con prótesis removibles, ya que el tejido óseo alveolar y la mucosa sufren grandes cambios tanto en su función como en su morfología causados por distintas etiopatogenias y factores que pueden ir alterando la pérdida o no de estos tejidos.

Todo ello conlleva la búsqueda, desarrollo y aplicación de nuevas técnicas de regeneración ósea y a recurrir a distintos métodos de reconstrucción con injertos. De acuerdo a la dificultad que vamos encontrando en nuestros casos, constantemente se buscan materiales que ayuden a regenerar el hueso que se ha reabsorbido, con la mayor eficacia y en la menor cantidad de intervenciones posibles reduciendo así riesgos innecesarios a nuestros pacientes.

El sustituto óseo ideal debe ser osteogénico, osteoinductivo y osteoconductivo

Cuando se habla del término osteogénesis se refiere a la formación y desarrollo de hueso en sentido genérico. Un material es osteogénico si se compone de tejido involucrado en la formación de hueso.

La osteoinducción es el proceso de estimulación de la osteogénesis. Para que un injerto sea osteoinductivo es preciso que sea capaz de formar hueso en áreas donde no se forma normalmente.
Osteoconducción es la capacidad de ciertos materiales de formar una matriz a través de la cual se puede depositar nuevo hueso. Los injertos osteoconductivos permiten la proliferación del tejido óseo desde las zonas anatómicas óseas preexistentes.

Bajo estas premisas, la investigación y utilización de PRF (Plasma rico en fibrina) comenzó con la intención de ir más allá de la reparación de las heridas quirúrgicas y conseguir regeneración de los tejidos perdidos. Se habla de reparación de un tejido cuando hay restauración de dicho tejido sin que este conserve su arquitectura original ni tampoco su función. Cuando dicho tejido no recupera su estado original, se produce una cicatrización. Por otra parte, se entiende por regeneración cuando la restauración de dicho tejido posee propiedades indistinguibles del tejido original. El problema con el tejido de cicatrización es que no recupera todas las propiedades mecánicas ni la función fisiológica del tejido u órgano original que ha sido dañado, por lo que el interés en el PRF radica en regenerar, reconstruir la forma y restaurar la función.

Por lo tanto, el uso de la técnica terapéutica del Plasma Rico en Fibrina se fundamentaría en la modulación y aceleración de los procesos cicatriciales a través de los factores de crecimiento presentes en las plaquetas, iniciadores universales de casi todo proceso de regeneración. Los factores de crecimiento de origen plaquetario tienen diversas funciones como la promoción indirecta de la angiogénesis a través de los macrófagos (por un mecanismo de quimiotaxis), activa los macrófagos, mitógeno de células mesenquimales y facilita la síntesis formación de colágeno tipo I.

Además, se ha demostrado la eficacia del tratamiento regenerativo con PRF en la osteonecrosis inducida por medicamentos, por la disgracia sanguínea, así como en regeneraciones ósea postexodoncias, elevaciones de seno maxilar y obtención de mayor reborde alveolar.

¿Qué es el Plasma Rico en Fibrina (PRF)?

El PRF es un material de nueva generación de los concentrados plaquetarios. Se produce una separación de los componentes celulares de la sangre y la formación de un tapón fibroso. Luego de la centrifugación se obtiene en el tubo de ensayo un líquido acelular, un gel de textura fibrosa y un concentrado de células rojas.

Este biomaterial fue desarrollado por Choukroun et al. en Francia en el año 2001. Se ha demostrado que el PRF muestra varias ventajas con respecto al PRP entre las que incluye una preparación más fácil, rápida (lo cual facilita en gran medida su manejo) y la ausencia de manipulación bioquímica de la sangre lo que convierte este procedimiento en netamente autólogo.

Normalmente la fibrina se encuentra en la sangre de forma inactiva, llamado fibrinógeno el cual por la acción de la trombina se convierte en fibrina y tiene efectos coagulantes.

Los componentes celulares que se obtienen en el plasma sanguíneo además de las proteínas sanguíneas (fibrinógeno, globulina, albumina y lipoproteínas) son las células madre CD34+, PRP, y PPP y leucocitos.

CD34+ surge en la superficie de células madre hematopoyéticas las cuales se originan de la medula ósea, es una glicoproteína transmembranal altamente glucosilada, que pertenece a la familia sialomucina. Se expresa selectivamente en las células madre precursoras de la hematopoyesis. Solo un 1.5% de las células de la medula ósea son CD34+ pero estas células son capaces de diferenciarse en cualquier tipo de célula del linaje hematopoyético.

Tienen la capacidad de ser altamente regenerativas por su propiedad multipotente, es decir, producen una gran diversidad de células sanguíneas, como eritrocitos y plaquetas, así como células linfoides y mieloides. El objetivo de su utilización es regenerar y/o reparar tejidos enfermos, disfuncionales o lesionados. Estas se pueden obtener de MO, a partir del cordón umbilical o de sangre periférica. (0,1%-0,01% de celularidad total)

Los leucocitos son células producidas por el sistema linfático, descubiertas por William Hewson a mediados del siglo XVIII, se conoce que carecen de color y tienen un principal objetivo de proteger al sistema inmunológico de cualquier patógeno externo (alergia, bacteria e infección). Es importante añadir que estas células aumentan el dolor, así que en zonas como la rodilla no se deben aplicar.

Las plaquetas también conocidas como trombocitos, derivadas de la fragmentación de los megacariocitos, son células que desempeñan un papel fundamental en la coagulación adecuada de la sangre. Es una fuente natural de factores de crecimiento que además repara y/o regenera vasos sanguíneos que han sido lesionados, y mediante un tapón plaquetario ocurre la hemostasia. Además es una fuente natural de factores de crecimiento, también llamados factores tróficos, los cuales junto con las hormonas y neurotransmisores desempeñan una importante función en la comunicación intercelular, capaces de actuar incluso en concentraciones muy bajas. Su función principal es el control externo del ciclo celular iniciando la mitosis, mantiene la supervivencia celular, estimular la migración y diferenciación celular y la apoptosis.

El criterio predominante aconseja evitar la realización de cualquier regeneración ósea que el paciente debe contar con una cuenta plaquetaria mayor a 150.000 por mcL.

En el siguiente caso clínico, realizado por la Dra. Barbara Molina (Odontólogo graduada en la Universidad Complutense de Madrid, especialista en cirugía e implantología oral avanzada por la UEM), se puede observar la realización de una regeneración ósea con PRF, (a través de la centrifuga de Silfradent ´Medifuge´), ofreciendo diversas ventajas. Con la utilización de este biomaterial se agrega la propiedad osteoinductiva, algo que por si solos no tienen los tejidos. Otro punto a favor es que con el primer centrifugado se obtiene la membrana biológica de fibrina, evitando así varios procesos mecánicos antes de su obtención, por lo que ofrece el mismo resultado en menor tiempo.

En dicho caso se puede observar la realización de la exodoncia de las piezas dentarias 22 y 24, para luego proceder a la regeneración ósea. Se utilizó sticky bone con varias membranas biológicas, y PPP infiltrativo. Es importante agregar que mientras menos tiempo avascular tenga la membrana o hueso de origen autólogo menor va a ser el riesgo de contaminación al realizar este procedimiento. La paciente refiere menor dolor e inflamación post-quirúrgico y mejora considerablemente su proceso cicatricial y regenerativo.

En caso de la utilización de «Biobone» o «Bone ring» como material osteoinductivo se utiliza un mezclador de partículas extrínsecas e intrínsecas llamado «Round Up», donde podemos obtener una mezcla homogénea en menos de 15 segundos.

En conclusión, se pueden observar los beneficios de la utilización de Plasma Rico en Fibrina en cirugías orales y maxilofaciales, siendo éste un conductor para una rápida cicatrización y regeneración de los tejidos mediante la síntesis de colágeno. Además se evidencia un menor trauma post-quirúrgico, y en muchos casos ausencia de edema y disminución significativa del dolor (utilizado también en otras áreas de la medicina como traumatología, tricología, dermatología y oftalmología). Con la centrifuga “Medifuge” también es importante mencionar que podemos obtener nuestra matriz de fibrina en fase solida con solo un centrifugado (2-4 minutos aproximadamente) lo cual nos aportaría mayor rapidez para su obtención y disponibilidad en el acto quirúrgico.

Autora: Paola Isabel Delgado.
Odontóloga y Especialista Clínico en Incotrading.