Un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air filter) es un filtro de aire de alta eficiencia, con una capacidad de retención de partículas muchísimo mayor que los filtros convencionales. Es una red extremadamente intrincada de fibras dispuestas de manera aleatoria.

Se clasifican en la normativa EN 1822 según el grado de retención que presentan frente a partículas de 0.3 micras.

Tendremos por ejemplo un filtro HEPA H13 con retención del 99,95%. ¿Qué significa esto? Que de cien mil partículas que impactan el filtro, tenemos la posibilidad que 50 pasen.

En un filtro H14 tenemos 99,995% de retención. De cien mil partículas, solo 5 podrán pasar.

Cada salto de clase implica un aumento de 10 veces en la efectividad.

¿Cómo funciona un filtro HEPA?

Cuando hablamos de filtro, nuestra imaginación dibuja una red que atrapa las partículas como si fuera un tamiz o la red de un pescador. Las partículas grandes con un tamaño superior a la malla del tamiz se quedan atrapadas, mientras las más finas pasan. Visto que la normativa habla de eficiencia a 0,3 micras, damos por hecho que esta sea la dimensión de la malla.

Un filtro HEPA NO trabaja de esta manera. Nuestra imaginación se equivoca, por lo menos en parte.

¿Cómo funciona entonces? Tenemos que volver a su descripción inicial: una aglomeración casi infinita de fibras dispuesta de manera aleatoria. Cuando el aire impacta el filtro, busca una vía de escape a través de las fibras. Las partículas seguirán el flujo de aire.

Si tenemos una partícula grande, está no pasará entre una fibra y otra y será interceptada. Es el mecanismo parecido al que imaginábamos al principio, de un tamiz. Si tenemos una partícula pequeña, esta seguirá el flujo de aire, pero con una serie de vibraciones constantes llamadas movimientos brownianos, típicos de las partículas pequeñas.

Cuanto más pequeña sea la partícula, más fuerte la componente browniana y más alta la probabilidad de chocar con la fibra, deteniéndose. Este fenómeno se llama “difusión” y lleva al impacto de la partícula por la fibra. Según este esquema físico, entonces, ¿cómo vamos a medir la eficacia de un filtro? Las partículas grandes se interceptan. Las pequeñas vibran mucho y por eso las detenemos por impacto contra las fibras.

Las intermedias son las más penetrantes. Es el equilibro mejor (o peor desde un punto de vista de filtración) entre tamaño e inercia. Por esto vamos a medir a 0,3 micras.

El resultado final será una curva de este tipo, con eficiencia en función de las dimensiones. Para tamaños pequeños la eficacia de filtración resulta muy alta. Para tamaños grandes también la eficiencia de filtración será muy alta.

Para 0,3 micras estará el peor resultado. Volviendo a nuestro filtro HEPA H14, estamos hablando del 99,995% en este punto, a 0,3micras.

Todo lo que sea más grande y más pequeño, será filtrado con mejor resultado (una H14 llega a filtrar al 99,999+% una partícula de 0.01 micra).

Si vamos ahora a ver el tamaño de los contaminantes, entendemos por qué un HEPA se considera un instrumento excelente.

Cuando tenemos bacterias con un tamaño entre 0,6 y 1 micra, estamos trabajando en la zona de interceptación, con un resultado muy bueno.

Cuando el contaminante es un virus, es fundamental tener en cuenta su método de transmisión en forma de conglomerado: una gota de saliva en el caso de COVID 19. La gota de saliva tiene un peso y una dimensión bastante grande. De ahí la distancia de seguridad de 2m. Si viajara sola, sería tan ligera como el aire.

El conglomerado (comúnmente llamado germen) sigue teniendo un tamaño superior a 0,3 micras. Seguimos en la zona de interceptación.

En todos los casos, también si el virus viajara solo (como parece según las últimas informaciones de la OMS), la eficiencia del filtro sería óptima, ya que con tamaños de 0,01 a 1 micra estamos en el área de difusión con una eficiencia muy alta.

La ventaja principal de un filtro HEPA es que no discrimina en la naturaleza del contaminante. Un desinfectante químico por ejemplo o la luz ultravioleta pueden ser efectivos contra un virus, pero nadie nos asegura que lo sean con su evolución o con un futuro virus o bacteria actualmente desconocido.

Un filtro HEPA se basa sobre principios físicos, no químicos. Por esto es efectivo sobre cualquier tipo de partícula, cualquier mutación, cualquier contaminante, sean cual sean sus características.

¿Por qué es importante un filtro HEPA en una clínica dental? 

Estamos constantemente aspirando de la boca de los pacientes saliva, sangre, aire, spray y aerosol. Especialmente este último caso, la aspiración del aerosol, está siendo un tema muy recurrente y demandado en estos días.

Todo lo que aspiramos, todas estas bacterias y virus que entran en las cánulas o en los sistemas de aspiración extraoral montados en los terminales, llegan a la aspiración y de ahí salen expulsados por un tubo de escape. El 100% del aire que entra, saldrá por la parte final del motor.

En algunas clínicas dentales no tenemos esta salida conectada al exterior. Es decir, que todos los contaminantes se quedan en el cuarto. En primer lugar, esto supone un riesgo para el personal de la clínica que acceda al cuarto de máquinas o para cualquier persona autorizada, un técnico, por ejemplo. Segundo, con toda probabilidad tendremos un compresor al lado, que está aspirando aire del cuarto, comprimiéndolo y enviándolo a las turbinas. Recogemos los contaminantes y volvemos a meterlos en los gabinetes, con riesgos de contaminación para los pacientes y para los profesionales. Una turbina alimentada con aire infectada genera aerosol infectado.

En muchas otras clínicas la situación es diferente. El aire expulsado está conducido al exterior y de esta manera solucionamos el problema de la contaminación interna al cuarto de máquinas.

Todo lo que aspiramos lo expulsamos afuera.

Sin embargo, caemos en otro problema. La contaminación ahora será exterior

Para entender el riesgo en este caso, pensamos en el distanciamiento social. La distancia de seguridad debida a nuestra respiración, nuestra capacidad de proyectar los contaminantes como el COVID 19, a través del simple gesto de respirar es de 2 metros.

Cuando tengo un tubo de escape de mi máquina de aspiración, increíblemente más potente que dos pulmones humanos, a 5m de altura, estoy proyectando los contaminantes a gran distancia.

Vamos a crear una lluvia de contaminación en la fachada de la clínica o en el patio interior, afectando a todos los pacientes que entran y a la comunidad de vecinos.

Eliminamos la contaminación del cuarto de máquinas para que vuelva a entrar directamente por la puerta principal.

La única solución efectiva, la única barrera capaz de romper esta contaminación cruzada es la instalación del filtro HEPA H14, tanto en la aspiración como en el compresor.

Con un filtro HEPA H14 nos aseguramos de que el aire expulsado por la aspiración sea limpio y el compresor siempre esté acumulando aire dentro de su tanque sin contaminantes.

Cuando sea posible, mantendremos en todos los casos la salida de aire al exterior, para evitar calentamiento del cuarto y para un mayor nivel de seguridad.

Con Cattani tenemos toda una serie de soluciones, desde el filtro pequeño para una aspiración de un solo sillón, a aspiraciones centralizadas hasta 6 sillones o instalaciones más grandes, con un filtro para hasta 12 sillones.

Todos estos filtros se componen por un contenedor hermético resistente a la temperatura que contiene el cartucho filtrante. Este cartucho a su vez está compuesto por un primer filtro con carbones activos y tratamiento antibacteriano, responsable de la eliminación de los malos olores, seguido por el filtro HEPA H14.

Es fundamental respetar las recomendaciones exactas de fábrica. Si instalamos un filtro pequeño que no es suficiente para la instalación, vamos a conseguir exactamente el resultado opuesto al deseado.

Primero reducimos la capacidad de aspiración de la máquina, con peor resultado en las cánulas y aumentado el riesgo de contaminación en el gabinete. 

Segundo, sobrecalentamos el motor, estrangulándolo.

Por último hacemos pasar demasiado aire por el filtro, que está diseñado para un caudal inferior. Esto hace que el aire pase con una velocidad excesiva, aumentando la energía de los contaminantes que vencerán la oposición del filtro.

Instalar un filtro equivocado no significa reducir solo “un poco” el riesgo. Significa realmente aumentarlo.

Los filtros Cattani disponen de un certificado de homologación respecto a la normativa EN 1822 individual por cada filtro, asociado a su número de serie.

 

Tommaso Brivio
Especialista de producto Cattani