En la clínica observamos regularmente a pacientes con ausencia de órganos dentarios y reabsorciones óseas, que necesitan obtener un volumen óseo adecuado para su posterior rehabilitación. Este hecho provoca que en las clínicas haya un mayor número de visitas.

Es una situación que ha fomentado el desarrollo de nuevas técnicas de regeneración ósea. En los últimos años se han desarrollado diferentes técnicas basadas en la obtención de concentrados plaquetarios entre los que se encuentran el PRP plasma rico en plaquetas y el PRF plasma rico en fibrina.

¿Qué tienen en común el PRF y el PRP?

Tanto el PRF como el PRP cumplen con tres características indispensables: sonosteogénicos, osteoinductivos y osteoconductivos. Gracias a ello, son capaces de formar y desarrollar hueso desde las zonas anatómicas óseas preexistentes, por lo que aportan un gran beneficio tanto al odontólogo como al paciente. Gracias a estas técnicas de regeneración, los tiempos de recuperación se acortan y no existe el riesgo de rechazo, ya que el plasma se extrae del mismo paciente.

Ambos casos pueden usarse en muchos tipos de intervenciones, como por ejemplo, para el relleno del alvéolo postextracción, para la regeneración del tejido duro o blando cuando sea necesario, o en la colocación de un implante. Además, cada vez resulta más habitual aplicar técnicas de regeneración en tratamientos sin una complejidad especial, tan solo con el objetivo de facilitar la recuperación de los tejidos.

Por último, podemos decir que contar con técnicas de regeneración ósea de nueva generación, da cierto prestigio a la clínica dental, ya que los pacientes tienen una mejor experiencia, especialmente en la post-intervención, lo que hace que queden más satisfechos.

Diferencias entre plasma rico en fibrina y plasma rico en plaquetas

El modo de preparación de ambas técnicas es muy distinto. Mientras que el PRP requiere de una curva de aprendizaje mayor dada su complejidad técnica y de un coste por tratamiento más elevado motivado por un mayor número de componentes necesarios para la formación de las membranas, el PRF se obtiene de manera más simple, lo que implica una curva de aprendizaje menor y un menor costo respecto a la elaboración de PRP.

En segundo lugar, tal como detalla la doctora Paola Delgado, especialista clínica de Incotrading, en el siguiente vídeo, es que el tiempo durante el cual las membranas liberan factores de crecimiento, puede distar mucho el uno del otro. Estudios in vitro demuestran que las membranas de PRP liberan factores de crecimiento hasta 4h, mientras que las PRF lo hacen hasta los 7 días, obteniendo por tanto una regeneración mucho más efectiva.

Otra ventaja del PRF respecto al PRP, es la ausencia de manipulación bioquímica de la sangre, lo que convierte este procedimiento en netamente autólogo.

Por todos estos motivos podemos concluir que es más conveniente apostar por utilizar el plasma rico en fibrina, ya que garantiza una cicatrización y una regeneración de los tejidos más efectiva, reduciendo significativamente el tiempo y el costo del tratamiento.

No obstante, para aquellas clínicas que se encuentran en el momento de elegir una centrifugadora y aún no logren decantarse por una técnica u otra, recomendamos Medifuge de Silfradent, una centrifugadora capaz de realizar ambos tratamientos.

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