Las enfermedades cardiovasculares son la causa de muerte más común en el mundo. Solo en España, una persona sufre un paro cardiaco cada 20 minutos. ¿Por qué no pensar que te puede pasar a ti o a uno de tus clientes?

Uno de los sitios donde se debe disponer de cardioprotección para salvar la vida a quien sufra un paro cardiorrespiratorio son las clínicas dentales. Igual que en otros espacios sanitarios, pueden suceder problemas que favorezcan esa parada, cuya reacción inmediata es crucial.

A continuación veremos qué causas pueden provocar un problema de corazón en una clínica dental, así como la importancia de disponer de un desfibrilador cerca.

¿Para qué sirve un desfibrilador?

Los desfibriladores son unos aparatos que administran, de forma controlada, una descarga eléctrica mediante electrodos. Su objetivo es reanimar el corazón o corregir una arritmia.

La gran ventaja que tiene este elemento de cardioprotección es que cualquiera con una mínima formación puede usarlo de forma segura. Así, se gana tiempo mientras se avisa a un médico o a una ambulancia. De hecho, el 80% de las personas que sufren un paro cardíaco no logran sobrevivir a la llegada de los servicios médicos. En cambio, si se usa el desfibrilador durante los 5 minutos después del ataque al corazón, hay un 90% de posibilidades de recuperar el ritmo cardíaco habitual.

Los desfibriladores más recomendables son los automáticos y los semiautomáticos, ya que resultan los más fáciles de usar. La marca Schiller es una de las más experimentadas en el campo de la protección cardiaca y ofrece todo tipo de desfibriladores para clínicas dentales, algunos de ellos con las medidas más pequeñas del mercado.

 

Los desfibriladores en las clínicas dentales salvan vidas

Es muy común ver los desfibriladores en sitios donde se reúne mucha gente, como aeropuertos, estaciones de tren, recintos deportivos o centros comerciales. Pero cada vez más sitios entienden la importancia de tener un plan de cardioprotección y los materiales necesarios para llevarlo a cabo.

En las clínicas dentales se han vuelto un aparato fundamental para transmitir seguridad, calidad y tranquilidad. Durante las intervenciones que se hacen día a día pueden suceder problemáticas como las reacciones a los anestésicos que deriven en paradas cardiorrespiratorias. También los nervios de acudir a una intervención odontológica pueden favorecer a una arritmia. Incluso sin ningún agente externo se puede producir un paro cardíaco (muchos ocurren durmiendo, por ejemplo).

Los desfibriladores en las clínicas dentales son vitales para los pacientes, pero también para los trabajadores. Cualquiera puede sufrir un accidente cardiovascular en cualquier momento. Recuerda que una reacción a tiempo le puede salvar la vida, sea donde sea.